Afortunadamente, si identificamos estos puntos débiles podemos vencerlos. Hoy te dejamos unos cuantos, y algunos trucos para evitarlos y empezar a ahorrar dinero de verdad.
Distinguir entre un ingreso y otro: Muchas veces no tratamos a todo el dinero por igual. Por ejemplo, si la renta te sale a devolver puede que concibas ese dinero como un regalo, cuando en realidad es tu dinero al igual que lo es tu sueldo. Para evitar esto, y tratar todo el dinero por igual, antes de que te lleguen este tipo de ingresos extra decide qué porcentaje gastarás y qué porcentaje ahorrarás. Así, comparte tu plan con otra persona para sentir más presión.
Los arrepentimientos: Puede que tuvieras un presentimiento sobre el futuro de tu compañía, o el éxito de una startup, pero no te alejaras del problema o invirtieras en la oportunidad. En el futuro, el arrepentimiento por no haberle hecho caso a tu instinto puede hacer que tomes decisiones financieras precipitadas y poco racionales para intentar compensar. Para evitar esto, haz listas de pros y contras antes de tomar decisiones financieras. Te ayudará a hacer lo correcto de manera racional y a no arrepentirte en el futuro, ya que podrás consultar el proceso que seguiste para tomar la decisión.
Pensar a corto plazo: Nuestra mente provoca que gastemos dinero para satisfacer un placer momentáneo. No obstante, cuando se trata de dinero no podemos vivir en el ahora y dejarnos llevar por nuestros impulsos, es importante que pensemos a largo plazo. Intenta formar vínculos emocionales más fuertes con tus metas financieras, no te limites a visualizarlas. Ten claro cómo será tu vida cuando alcances esas metas y aférrate a ello.
El efecto avestruz: Muchas veces la solución que elegimos ante problemas financieros es ignorarlos, pero enterrar la cabeza en la arena no te llevará a ninguna parte. A corto plazo es más cómodo, pero a la larga te saldrá caro. Lo primero que debes hacer en este caso es reconocer el problema, admitir que huyes de los problemas financieros y que intentas obviarlos. Lo segundo es buscar ayuda, ya sea de un profesional o un amigo, para que te ayude a crear un plan para afrontarlo.
La fatiga de decisión: Si quieres intentar tomar decisiones acertadas, hazlo a primera hora de la mañana, no a última hora del día cuando estés cansado y optarás por la opción más fácil. Así, reduce la cantidad de decisiones que puedes tomar por no verte saturado por las abundantes opciones, llevándote a optar por la más cómoda y a veces incorrecta. Por ejemplo, en vez de tener muchas opciones para cenar, y acabar pidiendo comida a domicilio, deja establecido tu menú semanal con todo preparado para que sea fácil y sencillo, evitando caer en tentaciones.
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