Cuando vine a Las Palmas contratado por NCR, se me asignó que debía aprender de la mano del único vendedor que había en la isla. Lo debía acompañar para aprender la manera de trabajar y monte en su coche y me llevó a la Destilería de Ron Arehucas en el norte de la isla, la operación era seguida por toda la empresa, inclusive desde EEUU, ya que era suplantar un equipo informático IBM por uno NCR, todo un hito, ya que el nombre de IBM caía como una losa, era como hablar de Coca-Cola en refrescos, aparte el importe de la operación la haría la más importante del archipiélago.
Llegamos a la fábrica y nos dirigimos al despacho del gerente, el que ya hablaba como una operación completamente acordada, mi compañero había hecho un trabajo estupendo al parecer. Mira esta tarde tendremos la reunión de dirección, no espero sorpresas y te llamaré cuando termine para que vengas a cobrar la entrada del 20% del pedido y firmarlo. Así quedaron en eso y nos fuimos, cuando llegamos a la oficina todos estaban esperando noticia, llamaron desde Madrid e inclusive desde EEUU.
la llamada se demoro mucho, pero al fin la recibió Alfonso, que era el responsable de la cuenta, a las 18;30, hacia señar con el pulgar levantado a todos los que estábamos reunido alrededor de su mesa, después se dirigió a nosotros y dijo, me dice que vaya, pero le dije que mañana a primera hora iría a cobrar y firmar el pedido.
Así lo hicimos, salimos a primera hora y cuando llegamos a la fábrica, vimos un movimiento exagerado de gente y de vehículos, hasta había dos de la policía, al pasar junto a un empleado vestido con un mono de trabajo, Alfonso bajo la ventanilla y le pregunto que pasaba: "Le dio un infarto a Domingo y murió" (el gerente).
Lo demás es historia, no se firmo el pedido, no se cobro la entrada y además el Consejo de dirección decidió seguir con el IBM. Si se hubiera firmado, tendrían un NCR.
Me quedo grabado en el alma: Cuando me digan que vaya : iré.
No hay comentarios:
Publicar un comentario