Estoy a las puertas de los cuarenta y, quizás por estar cerca de esa crisis de la que muchos hablan, me planteo y replanteo dónde he llegado en mi vida y cómo ha sido posible que me encuentre en la situación actual. Desde hace cuatro años, mantengo una relación con una persona que pasó de ser mi pareja a ser mi amante, teniendo, además, desde hace dos años una pareja normal. Con uno y otro comparto cosas diferentes, pero, evidentemente, mi pareja (oficial) no sabe de mi otra relación. En realidad, siempre he sentido mucho más por, digamos, mi ex y, por ese motivo, nunca me he atrevido a terminar realmente la relación. Con mi pareja encuentro cariño, pero la complicidad y la confianza plena la tengo con la otra persona. No sé si simplemente me he acomodado en esta situación porque, además, vivimos en ciudades diferentes y apenas nos vemos, aunque mantenemos contacto diario. Por supuesto, en mi entorno nadie sabe que sigo con esa otra relación y eso me hace sentir mal porque es como si estuviera engañando a todos y no hubiera cumplido lo que se esperaba de mí. Curiosamente, con respecto a mi pareja no siento que le esté engañando porque tengo claro que tengo sentimientos hacia los dos. No sé si clarificar las cosas ni hacia dónde ir porque ambas decisiones me suponen un conflicto, pero me enfrenta con una vida emocional demasiado diferente a lo que yo misma esperaba de mí y eso también me afecta.
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