Era mi primera
visita a París y el bus nos llevó en su recorrido turístico a la ciudad, a la basílica
del Sacré Cœur, donde la guía (uruguaya sea dicho de paso) nos daba
explicaciones sobre su construcción, historia y la polémica de la misma, inaugurándose
cuando finalizo la primera guerra mundial.
Algo me impacto de
sus largas escaleras blancas y los comentarios sobre la gente, hipies y
románticos que se reunía al atardecer
sobre las mismas escalinatas.
Estaba allí
disfrutando de un viaje otorgado por Olivetti, empresa en la que trabajaba como
comercial y como premio por haber superado las cifras de venta solicitadas para
el concurso.
Cuando llegue al hotel Choiseul
Opera en el que estábamos hospedados, me seguía rondando en mi mente la magia que desprendía esas
escalinatas, le dije a mi compañero que estaba en el bar, que no me esperaran para ir a cenar y cogí un taxi indicándole al taxista la basílica como destino.
El sol
estaba muy bajo sobre el horizonte, pero me maravillo la cantidad de gente que
había en las escalinatas, familia con sus hijos, enamorados, gente de lo más
variopinto, subí lentamente disfrutando del bello ambiente, hasta que llegue hasta un
grupo de músicos jóvenes que me deleitaron con la famosa canción de los Beatles And I Love Her, me emociono tanto escucharla, que note el sabor salado que llego a mi boca, dándome cuenta de me estaban resbalando las lágrimas desde mis ojos, me parecía que en cualquier momento se materializarían mis más dulces
recuerdos…¡ Vaya tarde más memorable!!.
Hoy al ver la hermosa construcción bajo una hermosa capa de nieve, no puedo evitar volver a emocionarme
1 comentario:
Qué hermosa canción!
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