Hoy, es el primer Día de la Madre que paso sin ella. Falleció inesperadamente el 6 de julio de 2017, dos días antes de cumplir mis 63 años de edad. Mi hermana me llamó temprano ese jueves por la mañana.
Tan pronto como escuche su tono de voz, sabía que algo andaba mal. Temía que me dijera que nuestro padre había fallecido, quien tenía 88 años en ese momento. Cuando dijo que se trataba de mi madre, el tiempo se detuvo.
Por un momento solo sostuve el teléfono en mi mano y no pronuncié palabra alguna. De alguna manera estaba en shock y definitivamente en un estado de negación. Tal vez solo se trataba de una pesadilla.
Perderle me dejó devastado. En los días siguientes me invadió una avalancha de recuerdos sin previo aviso, y en momentos, la sensación que me producían era abrumadora. Esos recuerdos empezaron a afectar mis horas de sueño y mi mejor esfuerzo para realizar mis tareas cotidianas.
Al principio, sentí un vacío físico difícil de describir. Le llamaba a mi hermana varias veces al día y lloraba con ella. Me imagino que en este año algunos de ustedes también estarán pasando por un período de duelo, por lo que me solidarizo y les envío mis mejores deseos. Posiblemente, también tengan una sensación de vacío o pérdida por la relación con su madre.
Quizá no era como lo que esperaba debido a las circunstancias que están fuera de su control. O es posible que ella esté físicamente presente, pero no se encuentre disponible, en términos emocionales, debido a una enfermedad.
Por lo que sus roles se han revertido, y tiene que cuidarla de la forma en que ella le cuidó cuando era pequeño.
En verdad, leer el libro "Letting Go, the Pathway to Surrender"1 (Como dejar ir: El camino hacia la resignación) del Dr. David Hawkins me ayudó en los primeros días, después de la pérdida de mi madre. David era un hombre brillante y esta fue su última obra antes morir. Lamento profundamente no haber podido entrevistarlo.
Mi madre tenía fe en mí
Me siento extremadamente agradecido de que mi madre apoyara mis sueños durante mi infancia, me impulsó a cumplir mis metas y aspiraciones a lo largo de mi vida—ya sea que contemplara la idea de ser sacerdote o astronauta, o finalmente me decidiera por la medicina y me convirtiera en médico.
Considero que su apoyo emocional en mis primeros años de vida fue el motor que impulso todos los éxitos que he tenido, el cual estimuló mi deseo y capacidad para compartir con todos la realidad con respecto a la salud.
Mi madre me amaba incondicionalmente, y es posible que no estuviera de acuerdo conmigo todo el tiempo, pero estoy seguro de que siempre me amó. Recuerdo que cuando era niño cometí una serie de travesuras peligrosas, incluyendo meterme en problemas con las autoridades locales. Pero aun en los momentos de rebeldía, ella creyó en mí y me apoyó.
Debemos esforzarnos al máximo y amar lo que hacemos
A una edad en que la mayoría de las personas se jubilarían, mi madre emprendió una nueva profesión. A lo largo de casi cinco décadas, trabajó arduamente como mesera. Luego, comenzó a sentir un dolor persistente en el pie, que solo disminuía al pasar menos tiempo levantada. Entonces, a los 68 años de edad, la convencí para que comenzara a trabajar en mi consultorio médico.
En poco tiempo, hizo nuevos amigos, aprendió a enviar correos electrónicos, faxes y escanear documentos, así como archivar según fuera necesario. La tecnología no la asustaba.
A la edad de 75 años, ya dominaba las funciones básicas de un teléfono inteligente y enviaba mensajes de texto a mis hermanos de forma regular. No le era tan sencillo, pero estaba decidida a aprender.
A mi madre le emocionaba trabajar todos los días, lo que le dio un sentido de propósito y pertenencia, y estoy seguro de que no solo extendió su longevidad sino también su calidad de vida.
La jubilación no es para todas las personas, e indudablemente no era para ella. Estaba acostumbrada a moverse durante todo el día y la actividad física le parecía importante. Sin embargo, hacer ejercicio en un gimnasio era un concepto nuevo para ella, pero lo adoptó por completo a los 74 años de edad.
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Las comidas familiares son invaluables
A mi madre le encantaba cocinar, y tengo muchos recuerdos de los momentos que pasamos juntos durante las comidas familiares. Le encantaba tener a sus hijos reunidos después de que todos nos habíamos mudado. Sin importar cuán ocupados estábamos, nos reuníamos frecuentemente para cenar. Le daba mucha alegría preparar y compartir los alimentos con su familia.
Además, mi madre me enseñó el valor de tomarme el tiempo para planificar y preparar mis alimentos. Si no puede hacerlo, espero que alguna persona cercana pueda ayudarle con eso. Mi madre dio lo mejor de sí misma para proporcionarle alimentos saludables a su familia.
Las familias que se esfuerzan por comer juntas al menos tres o cuatro veces por semana reciben importantes beneficios para su salud física y mental
Los niños y adolescentes que comen con sus familias de forma regular tienen patrones de alimentación más saludables, mejores relaciones, mayor rendimiento escolar y menos problemas psicosociales
Los beneficios de las comidas familiares dependen en gran medida de como utiliza el tiempo para relacionarse con sus hijos y establecer una conexión genuina
Preparar y compartir los alimentos brinda una excelente oportunidad para transmitir las tradiciones familiares y ayudar a los niños a aprender a valorar un sistema alimenticio sustentable
Debemos ser agradecidos
Si la vida le da limones, entonces haga limonada. Mi mamá tuvo lapsos de depresión, por fortuna, pudo sobreponerse a todos esos momentos y sentirse agradecida por su vida y las personas que formaban parte de ella.
La gratitud produce efectos mensurables en diversos sistemas del cuerpo, incluyendo beneficios en el estado de ánimo y los neurotransmisores relacionados con estado de satisfacción, hormonas reproductivas y de vínculo social, cognición, presión arterial y otros.
Es importante destacar que disminuye los niveles de la hormona del estrés cortisol y las citocinas inflamatorias que, a menudo aumentan si padece una enfermedad crónica. Algunos beneficios relacionados con la gratitud son:2,3,4,5
Mayor sensación de satisfacción, ya que la gratitud estimula el hipotálamo (un área cerebral que se encarga de regular el estrés) y el área tegmental ventral (que forma parte de los "circuitos de recompensa" del cerebro, una zona que produce sensaciones placenteras)6
Mejor calidad de sueño7 (especialmente si su mente es propensa a cargarse de pensamientos negativos y preocupaciones a la hora de dormir)
Mayor probabilidad de realizar otras actividades saludables y cuidados personales, tales como hacer ejercicio
Mayor satisfacción en sus vínculos personales
Mejor desempeño laboral (al realizar un estudio, los gerentes que expresaron gratitud incrementaron en un 50 % el rendimiento de los empleados)
Menor sensación de estrés8 y angustia emocional, que en parte ocurre al mejorar el nivel de resiliencia emocional
Mayor bienestar y mejor estado de salud mental, al liberar las sustancias químicas y antidepresivas que regulan el estado de ánimo, como la serotonina, dopamina, norepinefrina y oxitocina, mientras que inhibe el cortisol
Mejor salud cardiaca, ya que disminuye la probabilidad de muerte súbita en pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva y enfermedad arterial coronaria
Menor sensación de dolor e inflamación
Mejor función inmunológica
Un consuelo desde el cielo
Este arcoíris doble apareció el día en que murió mi madre cuando iba a la playa para hacer mi caminata diaria. Ocurrieron algunos sucesos interesantes que me reconfortaron después de su transición. Cuando volví a casa después del funeral y revisé mi buzón de correo, hubo una carta que me tomó por sorpresa.
De inmediato reconocí la escritura a mano, era una tarjeta de cumpleaños hecha por mi madre. Ella debió haberla enviado por correo un día antes de morir. Siempre recordaba los cumpleaños y celebraciones, y adoraba enviar tarjetas especiales a todos sus seres queridos.
Me siento muy afortunado de haber recibido la última tarjeta que envió antes de fallecer. No estaba preparado para despedirme tan rápido, pero estoy agradecido por muchas cosas.
En especial, estoy agradecido de que mi madre haya podido vivir tanto tiempo y seguido de forma diligente mis consejos de salud. Me dio una enorme alegría escuchar que rechazaba muchas de las recomendaciones de su médico para que tomara medicamentos que no necesitaba. Nunca padeció diabetes, presión arterial alta, ataques cardíacos, derrames cerebrales, cáncer o demencia.
Por fortuna, vivió lo suficiente para ver materializado todo el tiempo y sacrificios que hizo para criar a nuestra familia. Mi madre siempre estuvo muy orgullosa de mí y ese fue mi mayor incentivo y una de las razones principales por las que me siento tan motivado para tratar de cambiar este planeta y convertirlo en un lugar mejor para vivir.
¡Gracias mamá, te amaré y recordaré por siempre!
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