El San Roque se jugaba el descenso. Tras una temporada a la deriva, a falta de seis partidos para el final de liga llegaba como solución de emergencia un Antonio Fernández que consiguió levantar a un equipo muerto en vida.
Se jugaba la última jornada y el San Roque dependía de sí mismo. Se había hecho lo más difícil, pero quedaba el remate. Si ganaban al Osuna, se salvaban. Momentos antes de que comenzara el partido, Antonio Fernández reunía a sus jugadores y con el alma en la mano, daba un máster de motivación.
Resultado al final del partido: 6-0, ganaron y salvaron la categoría.
¡Enhorabuena!
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