En "Emmanuel 2" (la antivirgen) en la que Francis Giacobetti hace alarde de su saber más sútil.
logrando una joya filmografica y de buen gusto (Habrá seguramente muchos que discreparan de mi parecer)
Durante el film hay una escena en que Emmanuel recorre en compañía del amigo de su marido Kristoffer los comercios en búsqueda de nuevas emociones y en uno de ellos le ofrecen esa experiencia irrepetible por medio de la acupuntura, que ella acepta de inmediato. La preparación crea un ambiente inquieto, indescriptible que le hace emitir la frase "Tengo miedo", Kristoffer le responde: "Aún estas a tiempo de renunciar"...pero ella se reafirma "Me encanta tener miedo"
Un día desapacible, circulaba por la avenida Marítima de Las Palmas en horario laboral, vi al "Euro" siendo azotado por el viento en su amarre y me dije: "Es el momento", di la vuelta y aparque el coche y me dirijo al barco, en el me puse ropa más apropiada y cómoda y solté amarras, el mar estaba muy encrespado, siempre es aconsejable salir en un velero un mínimo de dos tripulantes, en mi caso siempre yo era el "segundo" a pesar de ser el propietario del mismo, ya que mi hijo se encargaba de toda la maniobra, eso habla de mi poca experiencia de navegante, me enganche el arnés a la línea de vida, cable de acero que recorre la cubierta del barco de proa a popa, que en la practica asegura que el cadáver no se pierda si uno cae al mar, ya que subir al mismo con la ayuda del cable es imposible a mi edad. Quise poner el piloto automático, pero renuncie, no le veía la gracia, en cuanto salí a la dársena, subí la mayor y de inmediato el foque, como pude con el pié manejaba la caña (o timón) bordee un carguero muy grande fondeado en la bahía, otro más y otro, el viento me acosaba con aún más fuerza, pero aguante y en un momento dado, tire las velas al piso, sin acomodarlas en su receptáculo, encendí el motor que respondió a la primera y me dirigí al puerto.
Mi pecho estaba henchido de orgullo: había tenido mucho miedo, pero me sobrepuse y regrese victorioso.
logrando una joya filmografica y de buen gusto (Habrá seguramente muchos que discreparan de mi parecer)
Durante el film hay una escena en que Emmanuel recorre en compañía del amigo de su marido Kristoffer los comercios en búsqueda de nuevas emociones y en uno de ellos le ofrecen esa experiencia irrepetible por medio de la acupuntura, que ella acepta de inmediato. La preparación crea un ambiente inquieto, indescriptible que le hace emitir la frase "Tengo miedo", Kristoffer le responde: "Aún estas a tiempo de renunciar"...pero ella se reafirma "Me encanta tener miedo"
Un día desapacible, circulaba por la avenida Marítima de Las Palmas en horario laboral, vi al "Euro" siendo azotado por el viento en su amarre y me dije: "Es el momento", di la vuelta y aparque el coche y me dirijo al barco, en el me puse ropa más apropiada y cómoda y solté amarras, el mar estaba muy encrespado, siempre es aconsejable salir en un velero un mínimo de dos tripulantes, en mi caso siempre yo era el "segundo" a pesar de ser el propietario del mismo, ya que mi hijo se encargaba de toda la maniobra, eso habla de mi poca experiencia de navegante, me enganche el arnés a la línea de vida, cable de acero que recorre la cubierta del barco de proa a popa, que en la practica asegura que el cadáver no se pierda si uno cae al mar, ya que subir al mismo con la ayuda del cable es imposible a mi edad. Quise poner el piloto automático, pero renuncie, no le veía la gracia, en cuanto salí a la dársena, subí la mayor y de inmediato el foque, como pude con el pié manejaba la caña (o timón) bordee un carguero muy grande fondeado en la bahía, otro más y otro, el viento me acosaba con aún más fuerza, pero aguante y en un momento dado, tire las velas al piso, sin acomodarlas en su receptáculo, encendí el motor que respondió a la primera y me dirigí al puerto.
Mi pecho estaba henchido de orgullo: había tenido mucho miedo, pero me sobrepuse y regrese victorioso.
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