Después de casi 20 años en Informática El Corte Inglés, de mutuo acuerdo hemos decidido divorciarnos y como tal, mucho dolor, mucha crispación y al final no evitaron, ni quisieron evitar, el sabor amargo que me han dejado pegado a mi boca.
Como en todo divorcio no hay ganador posible, solo distinto nivel de pérdida.
Quedan atrás muchas ilusiones, muchos recuerdos, casi toda una vida ( mi mayor tiempo laboral en una empresa) no he pasado desapercibido, viví con intensidad mi paso por ella y no me costo mucho, comprendí enseguida lo fácil que puede resultar vender, hasta el punto que me repetía la pregunta de `porqué mis compañeros no lograban resultados semejantes (cuando no los lograban) disfrutaba trabajando y me pagaban por ello.
En fin, la cubierta del "Euro" me espera para que la cubra de pintura de dos componentes.
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