Llegar al fin
hasta la puerta
de tu casa,
entrar,
echar todas las cerraduras,
y, como quien saborea el sabor de la venganza,
decirlo:
... «ahí
os quedáis,
hijosdeputa».
(Karmelo C. Iribarren)
hasta la puerta
de tu casa,
entrar,
echar todas las cerraduras,
y, como quien saborea el sabor de la venganza,
decirlo:
... «ahí
os quedáis,
hijosdeputa».
(Karmelo C. Iribarren)
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