¿Porqué el recuerdo que nos dejo una película, significa tanto para nosotros en algunas ocasiones?
Recuerdo viendo a Casablanca en un cine de barrio, con mi madre a mi lado, con su rostro empañado de lágrimas.
Asimismo no puedo olvidar a “Algo para recordar”, “Tu y Yo” como se llamo en España o su título original "An Affair to Remember" pocas películas han conseguido emocionarme como ella y aún hoy cuando la vuelvo a visionar, me vuelve a llevar a épocas deliciosas de mi vida. No puedo evitar temblar junto a la protagonista, cuando suena la sirena del barco que llamando a los pasajeros a regresar de su escala para partir.
No puedo olvidarme de lo que disfrutaba viendo a James Bond actuar. Me encontraba en el cine (creo que se llamaba Plaza) en las últimas filas, con alguien muy especial y en las primeras escenas de "Goldfinger", el protagonista mira su reloj alumbrado por la luz de su encendedor. Alguien en el asiento de detrás de mí, exclama: ¡Es un Rolex! No pude resistirme y me di la vuelta para preguntarle de que hablaba, a lo que me respondió: ¡Es el mejor reloj del mundo!.
Más de treinta años más tarde, cuando mi familia me pregunto qué me gustaría que me regalaran, les pedí ese reloj, cuyo deseo subyacia en mi mente. Nos dimos cuenta que comprar un Rolex no es tan sencillo, se convierte en una aventura, ya que su demanda es más grande que su producción. Le vendieron uno bicolor, con una mezcla de acero y oro. -Este no es, ¡Quiero el que usaba James Bond!-. Es increíble, pero debimos utilizar toda la influencia de la que fuimos capaces para conseguirlo y hoy me siento muy orgulloso del mismo, no por la joya, sino porque parece un trofeo al trabajo bien hecho y quizás porque es una herramienta que me traslada en el tiempo.
De la misma manera que uno se acuerda de aquella playa que se emociono hasta el tuétano viendo como yo lo hacía con el contacto intímo de aquella hermosa piel, por primera vez. O aquellos paseos junto a la orilla del arroyo. Nos han mentido, nos dijeron que el pasado no vuelve, estas son cosas no se han ido de nuestras vidas y que las revivimos y disfrutamos en toda su inmensidad en cuanto lo deseamos.
Recuerdo viendo a Casablanca en un cine de barrio, con mi madre a mi lado, con su rostro empañado de lágrimas.
Asimismo no puedo olvidar a “Algo para recordar”, “Tu y Yo” como se llamo en España o su título original "An Affair to Remember" pocas películas han conseguido emocionarme como ella y aún hoy cuando la vuelvo a visionar, me vuelve a llevar a épocas deliciosas de mi vida. No puedo evitar temblar junto a la protagonista, cuando suena la sirena del barco que llamando a los pasajeros a regresar de su escala para partir.
No puedo olvidarme de lo que disfrutaba viendo a James Bond actuar. Me encontraba en el cine (creo que se llamaba Plaza) en las últimas filas, con alguien muy especial y en las primeras escenas de "Goldfinger", el protagonista mira su reloj alumbrado por la luz de su encendedor. Alguien en el asiento de detrás de mí, exclama: ¡Es un Rolex! No pude resistirme y me di la vuelta para preguntarle de que hablaba, a lo que me respondió: ¡Es el mejor reloj del mundo!.
Más de treinta años más tarde, cuando mi familia me pregunto qué me gustaría que me regalaran, les pedí ese reloj, cuyo deseo subyacia en mi mente. Nos dimos cuenta que comprar un Rolex no es tan sencillo, se convierte en una aventura, ya que su demanda es más grande que su producción. Le vendieron uno bicolor, con una mezcla de acero y oro. -Este no es, ¡Quiero el que usaba James Bond!-. Es increíble, pero debimos utilizar toda la influencia de la que fuimos capaces para conseguirlo y hoy me siento muy orgulloso del mismo, no por la joya, sino porque parece un trofeo al trabajo bien hecho y quizás porque es una herramienta que me traslada en el tiempo.
De la misma manera que uno se acuerda de aquella playa que se emociono hasta el tuétano viendo como yo lo hacía con el contacto intímo de aquella hermosa piel, por primera vez. O aquellos paseos junto a la orilla del arroyo. Nos han mentido, nos dijeron que el pasado no vuelve, estas son cosas no se han ido de nuestras vidas y que las revivimos y disfrutamos en toda su inmensidad en cuanto lo deseamos.
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