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miércoles, julio 12, 2006

¿Cuánto conoces a tu gente?

¿Cuánto conoces a tu gente?

Te propongo que te tomes unos minutos para reflexionar sobre algunas cuestiones relacionadas con tu negocio, con tu gente, guiado por una serie de preguntas. Como seguro tendrás más de una, haz el ejercicio las veces que corresponda. Esto mismo te sirve para profundizar en tu cliente, en tu mando, en tu pareja o en tu hijo.

Los lideres deberían estar constantemente buscando maneras de relacionarse mejor con su gente, ayudarlos en aquello que consideran importante para nuestras empresas y para ellos mismos, proveerles la debida orientación, ayudarles a enfrentar sus problemas, etc... Pero, ¿nos tomamos el tiempo de llegar a conocerles? Solemos pensar que son "extensiones nuestras"... que tienen las mismas necesidades nuestras, cuando son personas independientes y únicas, con sus propios pensamientos, sentimientos, fortalezas y debilidades, metas y sueños.Nos preocupa no saber cómo llegar y establecer una conexión profunda y auténtica con ellos, para poder ayudarlos a decidir y apoyarlos en sus decisiones. Vivimos repitiendo frases como "Es un vago "; "Lo trato como VIP y se queja constantemente"; "va a su bola"; "No tiene límites en su peticiones "; "Está en otra"; "Le dedico el tiempo del mundo y no me escucha"; etc... Esta desorientación e impotencia es consecuencia directa de lo poco que conocemos a quienes comparten nuestro entorno laboral.En el conocimiento de nuestros colaboradores, reside totalmente el éxito de nuestro negocio. Lo mismo que en la educación de un hijo, descubrimos que esto no es más que un proceso de descubrimiento que permite a los padres explorar, canalizar y potenciar las virtudes y potenciales de los mismos. El primer paso para educar a un hijo es descubrirlo como persona: quién es; qué le apasiona; a qué le teme; en qué se destaca; con qué sueña; qué le cuesta; qué espera de la vida; cómo se ve a sí mismo y a su entorno.

Un líder que conoce muy bien a su gente está mejor preparado para estar; dar; entender; apoyar;acompañar; contener; orientar y estimular

Cuando un líder conoce las habilidades de su gente, puede apoyar su vocación y orientar mejor su formación profesional. Cuando conoce sus intereses, puede motivarle mejor. Cuando sabe "en qué anda" puede prevenir una mala experiencia. Cuando tiene claro qué le depara el futuro puede aconsejarle para decidir prudentemente. Cuando comprende sus temores, debilidades e inseguridades, está en mejores condiciones para ayudarle a enfrentar sus diferentes desafíos: profesionales, económicos, sociales y laborales. Conociendo más a su gente se puede lograr una presencia mucho más impactante en su vida.

Estas primeras son relativamente fáciles...


¿Qué vino prefiere? ¿Cuál es su ocupación/pertenencia (coche/libro/deporte) favorito?¿Quién es su mejor amigo? ¿En qué tareas de la oficina le disgusta colaborar: rellenar informes, ordenar su mesa, contestar el teléfono?¿Qué tarea le gusta realizar?

Estas otras son algo más difíciles...

¿Para qué es bueno? (¿llega fácil a las personas? ¿Tiene memoria prodigiosa? ¿Es encantador en las reuniones?) ¿Para qué es malo? (¿conduce temerariamente? ¿Comete muchos errores de ortografía? ¿ cuenta mal los chistes?)¿Qué le digusta de la gente?

Las siguientes son aún más complicadas...
¿Qué le enfada? ¿Qué le motiva? ¿Qué le avergüenza? ¿A qué le teme?Si pudiera pedir tres deseos ¿qué piensas que pediría?

Y hay un último grupo realmente arduo...

¿Cuál seria su mayor alegría? ¿De qué logro se siente más orgulloso/a?¿Hasta dónde sería capaz de mentir para que tu no le descubras sus debilidades?¿Ya tuvo alguna desagradable experiencia? ¿De qué tipo? ¿Qué percepción le quedó?¿Qué persona fuera de la oficina influye más en él/ella?

Más allá de la cantidad de preguntas que puedas responder con exactitud, hacértelas te ayuda a clarificar algo importantísimo: en esto de ser líder, nadie nació sabiendo... y hay mucho por descubrir y aprender! Si te comprometes con el proceso de conocer a tu gente (y a la vez conocerte como líder), tu gente se sentirán más aceptados y respetados como personas, y tu podrás ejercer tu rol con menos impotencia, sentimientos de culpa, temores, cuestionamientos e incertidumbres.

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